La lente de una cámara normal es, simplemente, una pieza de vidrio (o, incluso, plástico) que enfoca sobre la película fotográfica la luz que procede del objeto. Sin embargo, todas las lentes sencillas presentan ciertos defectos, que tienden a distorsionar la imagen. Con excepción de los modelos más económicos, las máquinas fotográficas utilizan lentes compuestas, formadas por dos o más elementos, los cuales se eligen de manera que corrijan mutuamente sus defectos. Una lente de una cámara verdaderamente buena puede contener seis o mas elementos. Una lente compuesta actúa de modo similar o como lo hace con una lente simple, en lo que concierne al hecho de que ambas tienen una longitud focal perfectamente definida. La longitud focal es la distancia entre la lente y la posición de la imagen, cuando los rayos de la luz que llegan a aquélla son paralelos. La longitud focal de una lente no varía al cambiar la lente de posición. Al enfocar un objeto distante, la lente ha de moverse convenientemente, de forma que la distancia entre ella y la película sea igual a la longitud focal. Cuando los rayos de luz procedentes de objetos distantes son casi paralelos, forman imágenes nítidas. Si el objeto está próximo a la cámara, los rayos de luz no son paralelos y la imagen se forma detrás del plano focal. Para enfocarlo sobre la película, hemos de desplazar la lente hacia adelante, lo que, generalmente, se lleva a cabo mediante un dispositivo micrométrico, en cuya superficie ven indicadas las distancias de enfoque. Algunas cámaras pueden ajustarse con lentes de diferentes longitudes focales. Sin embargo, el negativo tiene siempre el mismo tamaño, de forma que las lentes de diferentes distancias focales proporcionan distintos encuadres. Mediante una lente de corta distancia focal, es posible enfocar una imagen muy amplia, mientras que, con una lente de larga distancia focal, sólo pueden encuadrarse aspectos parciales de ella, aunque, evidentemente, el objeto aparecerá mucho más grande en la fotografía. Para hacer las telefotos se utilizan lentes de gran distancia focal, con las que se captan imágenes aumentadas de objetos distantes. Las máquinas fotográficas que utilizan lentes intercambiables han de estar provistas, al mismo tiempo, de visores ajustables, para conocer en todo momento el campo correspondiente a cada lente. Por la mirilla de las máquinas que utilizan una sola lente podemos ver la imagen tal como se presenta y no se requieren accesorios adicionales. Generalmente, la longitud focal de una lente esta marcada en su borde (por ejemplo, 50mm). Esta cifra suele ir acompañada de otra, tal como f 2,8, que es una medida de la "velocidad" de la lente, la cual depende de su área y de su longitud focal. Dos lentes de igual superficie dejarán pasar la misma cantidad de luz; pero, si la longitud focal de una de ellas es el doble que la de otra, la misma cantidad de luz estará esparcida sobre una superficie de imagen 4 veces mayor, por lo que dicha lente será mas "lenta". Para que llegue a la película una misma cantidad de luz, el disparador habrá de estar abierto, por tanto, durante un tiempo 4 veces mayor. Para hallar la velocidad de una lente se divide su longitud focal por su diámetro. Cuanto mayor sea el tamaño de una lente para una misma longitud focal, mayor será su velocidad. Es posible disminuir la velocidad efectiva de una lente reduciendo el diámetro del diafragma. El diafragma de una máquina fotográfica consta de un conjunto de hojas metálicas dispuestas en círculo, que pueden ser convenientemente ajustadas para proporcionar la abertura requerida. La abertura del diafragma y el tiempo de exposición son variables complementarias. En unas condiciones dadas, una abertura pequeña necesita un tiempo de exposición grande, y viceversa. El diafragma ajustable permite al entrada de suficiente cantidad de luz incluso en tiempos de exposición relativamente cortos, lo que resulta necesario para tomar fotografías de objetos que se mueven con una cierta velocidad. En principio, el diámetro del diafragma puede colocarse a cualquier valor. Sin embargo, existes ciertas posiciones, marcadas generalmente en su parte exterior, que se han adoptado como tipos. Estas posiciones van desde el 2.8 hasta el 22. A medida que recorremos esta escala hacia arriba, vamos reduciendo a la mitad la cantidad de luz que atraviesa la lente. Por tanto, para que la luz sea la misma, el tiempo de exposición habrá de ser dos veces mayor. Es necesario tener en cuenta otro punto muy importante, relacionado con la abertura: la profundidad del campo. Si enfocamos la cámara sobre un objeto situado a 4.5 metros de distancia, otros objetos, colocados algo mas lejos y algo mas cerca de esta distancia, también estarán enfocados. Si el diámetro de la abertura es muy grande, la profundidad del campo será pequeña (de 4.2 a 4.8 metros). Si cerramos el diafragma y lo ponemos, por ejemplo, en 8, aumentaremos la profundidad del campo, que será desde unos 2.4 a 9 metros. La profundidad del campo depende también de la longitud focal de la lente y de la distancia a que se encuentra el objeto que va a ser fotografiado. Al reducir la abertura, el cono de luz que alcanza la película es más estrecho y los objetos aparecen mejor enfocados.

por Felipe Gonzalez